El año 2023 ha sido testigo de desafíos significativos para la agricultura global, marcado por eventos climáticos extremos que incluyen tormentas, inundaciones, heladas inesperadas y olas de calor abrasador, así como sequías prolongadas. Los efectos adversos de estos fenómenos meteorológicos inusuales son inconfundiblemente vinculados al cambio climático, como se reconoció en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) en Dubai, a finales del 2023. Este evento internacional incluyó un pacto de 134 países para integrar la planificación de la agricultura sostenible en las estrategias climáticas nacionales.

En medio de este contexto, la producción agrícola ha experimentado caídas significativas en diversas partes del mundo durante 2023. La escasez de tomates en el Reino Unido e Irlanda, el alza de precios del aceite de oliva en España, la alza de ciertos cultivos en Ecuador y las pérdidas en la cosecha de papas en Irlanda del Norte son solo algunos ejemplos. Los agricultores también enfrentaron dificultades en India debido a las malas cosechas de maíz, y en Perú, el rendimiento de arándanos se redujo a la mitad de lo habitual.

Este año, el Departamento de Agricultura de EE. UU. tuvo que actualizar su mapa de “zonas de rusticidad de las plantas” después de 11 años, evidenciando un calentamiento de hasta 5 grados Fahrenheit en aproximadamente la mitad del país. Además, el aumento de las temperaturas y la disminución de las reservas de agua están afectando negativamente la producción agrícola, con pérdidas estimadas en rendimientos de avena y otros cultivos.

Ante este escenario, los expertos sugieren que trasladar los cultivos podría ser una alternativa viable. La reducción significativa de la producción de avena en el Medio Oeste de EE. UU. es un ejemplo, donde la mayor parte de la avena consumida actualmente se cultiva en Canadá. La pérdida de zonas de cultivo tradicionales no solo impacta a los cultivos básicos, sino también a especialidades como aceitunas y naranjas, así como a cultivos de lujo. En un intento por evitar los efectos devastadores del aumento del calor y la sequía, los científicos ya están explorando la reubicación de cultivos como una estrategia clave para enfrentar los desafíos del cambio climático en la agricultura.

Fuente: WIRED